Mª Carmen Ledesma Martín
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[Vivencia de una hija]
Estos últimos años han sido muy difíciles y duros para todos en casa. Mi padre no estaba bien, veíamos que estaba adelgazando y no podía con su cuerpo, pero él no lo reconocía; fue mi madre, claro está, la primera en notarlo. Se irritaba con facilidad, cosa rara en él, ya que siempre hacíamos bromas sobre su capacidad de no alterarse con nada. Mi madre se desahogaba conmigo; sin embargo, en este caso, yo no le resultaba de mucha ayuda, puesto que él se cerraba en banda y no había manera de tocar este tema con él. No quería saber nada del asunto.
Algunos clientes y amigos empezaron a comentárselo, pero él como si nada; alegaba que estaba haciendo una dieta de adelgazamiento y que los kilos de más le pesaban y le quitaban agilidad, decía bromeando. Hablarle de ir al médico era como hablar de la mar, no servía para nada. Así pasó una larga temporada y no encontrábamos ninguna salida.