Manuel Cruz Cabello
[Fragmento del relato]
Sigo llenando cuadernos de letras tristes. Letras manchadas por lágrimas amargas, dolorosas, cargadas de recuerdos viejos. Son letras que escondo en los trasteros más profundos de mi corazón. Llenas de amor… Un amor que hasta que lo perdí, no supe el espacio tan grande que ocupaba dentro de mí.
No hay una sola noche en la que tu recuerdo no invada mi mente. Tal es así, que el irme a la cama ya no es el premio a un día de esfuerzos, el momento de soñar… Hoy irme a la cama es recordarte. Obligarme a recordar tus besos, tus caricias, tu voz; me da miedo olvidarte… Es llorar por lo que no tengo. Enfadarme conmigo mismo, con el mundo, con la vida… Es pensar en el vacío de mi padre, en el dolor de mi hermana, la gran herida de esta familia.
Es buscar un perdón que ya no tendré…
Es recordar, uno a uno, los cuarenta agónicos días que vivimos a tu lado.
Los últimos cinco años en los que la vida no te dió tregua.
No te lo reprocho. De hecho hasta puedo llegar a entenderte.