Cartas al terapeuta

Antonia de la Rosa Ramírez

 

 

[Fragmento del relato]

He tardado en escribirte, porque estuve en España por las vacaciones de Navidad, intentando llenarme de mis padres y mis hermanos esos días. Bien, ya sabes que el ambiente en mi casa es reconfortante y amoroso; todos se desvivieron por mí e intentaron que mi estancia fuera de los más hermosa; Sin embargo… el “pero” que hace que te escriba estas cartas es que, aunque mi corazón sigue estando más o menos endulzado por el ambiente familiar, continua en el fondo con ese vacío del que hablamos.

Hice mal, lo sé, sin embargo no pude deshacerme del impulso de ir a buscarla; esta Alma me está robando mi alma; sabía donde la podía encontrar y fui a verla, mi intención fue la de hablar con ella, pero al llegar la vi del brazo de otro chaval y muy acaramelada, incluso se estaban besando, así que me di media vuelta y me fui; pensé que era el momento perfecto, para, al fin, sacarla de mí.

Mi sorpresa ha sido que no sólo no he podido sacarla, sino que ahora el sentimiento de dolor es mayor. Sé que está haciendo lo que debe, que es libre y que no tiene ningún compromiso conmigo, aunque la razón no hace que el corazón no sufra. Ya me gustaría a mí que éste siguiera a la mente, pero en este caso van por caminos distintos y sé que hasta que no se pongan de acuerdo, la dicotomía me hará sufrir aún más.

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