Te quiero desde tu barriga

Saskia Lange

 

[Fragmento del relato]

“Eres lo que más amo. Me envuelve tu sonrisa, tu risa y tus manos acolchadas de niño bien alimentado. Me veo en ti y se refleja mi infancia en tus hoyitos. Eres grande, muy grande. Puedes abrazar al mundo entero. Has nacido para ayudar al universo, estoy segura. Ayudar es nuestro deber. No lo olvides nunca. Eres grande y lindo Hugo, hablas fluidamente a tu edad y eres muy sensible, cantas muy bien y tienes oído para los idiomas”.

Sentí la necesidad de dejarle este legado para siempre, posiblemente influida por la película de Isabel Coixet, “Mi vida sin mí”. En ella, una madre con una enfermedad terminal, deja grabados en cintas mensajes de felicitación para los aniversarios venideros de sus hijos, hasta que cumplieran los 18 años.

¡Me emocionó profundamente esta película!

Si yo faltara de repente, mi hijo no tendría una llave MAESTRA de su infancia y sentí la necesidad de hablarle de mi amor por él, de nuestras emociones y nuestros divertidos juegos. Esperaba no abrumarle con mis notas, con mis mensajes, con mis escritos; sin embargo, sabía que ya no había vuelta atrás, como si se tratara de un volcán en erupción. Además, escribirle me aportaba mucha paz y serenidad.

Yo pensaba que este “diario de amor” podría servirle para cuando fuera mayor y tuviera malos días. Así, recordando nuestra maravillosa, divertida y profunda relación le podría animar y darle seguridad en un futuro.

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